• Blog Construyendo Capital Humano

Construir lo nuevo con los nuevos

Begoña Etxebarria, Icaro Think Tank de Novia
Salcedo Fundación. El Correo 20/05/2012

No solucionaremos
el problema del paro y la desestructuración de la economía sólo con reformas
laborales ni aprobando leyes para crear empleo. Hace falta un cambio profundo en
los valores de toda una Sociedad, introduciendo nuevas prácticas que aseguren la
propia sostenibilidad del sistema, y que necesariamente equilibren lo económico,
lo social y lo medioambiental, con la mayor equidad posible, y para todos.


Por
cierto, en este ideal de sostenibilidad no podemos dejar fuera el tema del hambre
en el mundo, porque como afirma el  Premio Nobel de economía Amartya Sen, mientras haya hambre en el mundo no
deberíamos estar hablando de otra cosa.


Para
avanzar en este tránsito de modelo de Sociedad, son necesarios cambios estructurales,
desde luego, pero lo que verdaderamente es urgente e ineludible es un profundo
cambio cultural en nosotros mismos y en las empresas, organizaciones e
instituciones en las que estamos, de modo que nuestras actuaciones se muevan en
torno a unos valores y a unas obligaciones distintas a las que tenemos ahora.


No basta
ya con emitir grandes teorías, ni grandes protestas. Se hace necesario pasar de
las palabras a los hechos, de los valores proclamados a los valores
practicados. Identificar lo que vuelve insostenible el sistema que tenemos y
ponerle fin. Dejar de magnificar el poder de la economía sobre lo que tiene
valor social, y abandonar la permisividad con la que convivimos con conductas y
prácticas que no están a la altura de las circunstancias. En definitiva, pasar
a la acción, y revalorizar una y otra vez, el “Buen Gobierno de las Buenas Cosas”  discriminando positivamente las prácticas que
se empeñan en ello.


Y
hablando de sostenibilidad, una de las primeras cuestiones sobre las que
deberíamos reflexionar a fondo, es cómo una sociedad envejecida como la nuestra,
obliga a que los jóvenes en edad de
trabajar no lo hagan. Uno de cada
cuatro jóvenes no tiene trabajo en Europa. En países como España y Grecia el
desempleo juvenil es del 50%, y también en Sudáfrica. En Estados Unidos las
cifras de desempleo juvenil son las más altas de los últimos sesenta años.
Si es
evidente que para conseguir la innovación y sostenibilidad del sistema se
necesita la fuerza creativa y capacidades transformadoras de todos, ¿por qué no
lo hacemos?. Los jóvenes son un factor determinante en el cambio social, el
desarrollo económico y el progreso técnico. Su imaginación, sus ideales, sus
perspectivas y su energía resultan imprescindibles para el desarrollo de las
sociedades en las que viven pero  necesitan
urgentemente de esos espacios y lugares que les permitan encauzar su propio desarrollo.


Construir
lo nuevo nos remite necesariamente a contar
con los nuevos. Abramos las puertas
de empresas y organizaciones a los jóvenes. Cooperemos todos para sentar las
bases de este nuevo modelo en el que la 
economía tenga como  objetivo
final  el desarrollo integral de todas las
personas. Multipliquemos los esfuerzos encaminados a crear y desarrollar
programas que estén específicamente destinados a los jóvenes, que permitan
aprovechar al máximo su potencial.

Nuestros jóvenes
forman parte de esta “generación global” que busca su lugar en un mundo más
igualitario y más cooperador. Una integración correcta y a tiempo de ellos repercutirá sin duda en el bienestar
de las generaciones futuras.

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