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Superar la desigualdad: por qué es importante la gobernanza

A situación excepcional, remedio excepcional.

Los dirigentes de los países occidentales sólo han necesitado unas pocas semanas para reunir centenares de miles de millones de dólares, destinarlos a socorrer a los sistemas bancarios desfallecientes y reimpulsar la maquinaria de la economía mundial. Esta respuesta rápida y vigorosa se imponía, habida cuenta de los riesgos que podía entrañar una catástrofe financiera.

Según el Informe de Seguimiento de la EPT (Educación Para Todos. UNESCO) en el Mundo 2009, titulado «Superar la desigualdad: por qué es importante la gobernanza», se precisaría una determinación idéntica para afrontar un reto igualmente grave y apremiante: garantizar la justicia social, la equidad y la igualdad de derechos para que puedan instruirse los grupos más vulnerables de la población mundial.

“Cuando los sistemas financieros están en crisis, sus repercusiones son sumamente notorias y los gobiernos actúan”, ha comentado el Director General de la UNESCO, Koichiro Matsuura. “Cuando los sistemas de educación están en crisis, sus repercusiones [son igualmente] reales. La desigualdad de oportunidades en la educación es un factor de acrecentamiento de la pobreza, el hambre y la mortalidad infantil, y mengua las perspectivas de crecimiento económico”.
Hoy en día, se enfoca la atención sobre la gestión, las políticas y los recursos de los sistemas educativos. La “gobernanza” de esos sistemas acapara toda la atención y cuestiones como la descentralización y el traspaso de poderes a los padres y las escuelas, así como la competencia entre éstas, ocupan un lugar importante en todos los debates. No obstante, en el Informe de Seguimiento de la EPT en el Mundo se señala que las reformas de la gobernanza no han logrado hasta ahora reducir las desigualdades que frenan los progresos de la educación para todos.

La respuesta a la crisis financiera ha mostrado lo que son capaces de hacer los gobiernos en circunstancias “excepcionales”. Pero si siguen tapándose los ojos ante las profundas desigualdades que persisten en los sistemas educativos, no sólo no se cubrirá la totalidad de los objetivos establecidos por la comunidad internacional, sino que a veces se distará mucho de alcanzar algunos de ellos. Así, al igual que en el pasado, millones de niños del mundo entero se verán el día de mañana condenados a vivir en la pobreza y sin perspectivas de futuro.
Hay que decirlo lisa y llanamente: no vamos por el buen camino……

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