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Otra forma de entender la creación de riqueza.

Juan Jose Goñi Zabala Ícaro Think – Tank
de Novia Salcedo Fundación
El hábito de clasificar las
empresas por sectores a la hora de establecer recomendaciones o elaborar
estudios, oculta algunas características que pueden ser más importantes para
decidir cómo tratar y valorar, en estos momentos de cambio, las distintas
entidades y organizaciones. 
La empresa se ha entendido casi siempre como una
entidad productiva, es decir como aquella que optimiza recursos en un proceso
recurrente de hacer y hacer casi siempre lo mismo. Su eficacia se instala en el
uso de métodos optimizados para reducir sistemáticamente los costes a costa de
una normalización y automatización de todo lo que se hace. Así este modelo
procura una alta especialización, una economía del aprendizaje y una forma de
trabajo fragmentada y poco amiga del desarrollo personal y de la cultura de los
equipos.
La empresa productiva se entiende
con los principios de lo mecánico y del maquinismo al que se adosan recursos
que se consumen en los procesos. Pero para que una empresa productiva exista ha
de haber habido una actividad reproductiva anterior, creadora de esa tecnología
o de ese saber hacer que se repite sin fin en la producción sistemática. Esta
parte de la actividad reproductiva que es el diseño, la innovación, la
propuesta, el aprendizaje, la creación y la experimentación apenas se valoran
en el modelo productivo. Parece que este trabajo previo por necesario que es,
no se identifica ni se le retorna el esfuerzo y se crean las condiciones que requiere
para logar resultados.
Se entiende que este trabajo marginal
surge de forma espontanea y que lo único que crea riqueza es lo que produce.
Esto no es así, sino que cada vez mas el valor diferencial está en crear lo
nuevo y lo que aporta diferencias cualitativas respecto a lo existente.

Juanjo Goñi conduciendo el encuentro «Explora, Aprende y Emprende»

Es la función reproductiva de la empresa y de instituciones cuyo propósito principal es este, las que crean la riqueza colectiva y la sostienen, sobre todo allá donde los procesos productivos están en franca decadencia. La función reproductiva de la empresa tiene que ver con la incorporación de conocimiento para hacer nuevo y con las habilidades relacionales en la forma de hacer las cosas, para generar valor para y hacia las personas.


En todos los sectores hay
empresas productivas y reproductivas. Estas últimas –las menos-invierten en
formación, en diseño y en innovación mucho más que las productivas. Pero el
resultado de esta actitud y empeño es mucho mas generador de riqueza pues
traslada conocimiento hacia las personas y este junto a la motivación, es capaz
de crear nuevas empresas e iniciativas, de las que otros se servirán para
seguir trabajando. Las productivas se orientan al corto plazo y las
reproductivas consideran también el futuro propio y el de los demás como espacio
para el que trabajar.
La economía de hoy necesita mas
empresas reproductivas y un tejido administrativo y social que las apoye, ya
que son ellas las que contienen el germen de un nuevo tejido empresarial, algo
que no esta directamente conectado con los sectores económicos como a veces se
quiere hacer ver. Y estas empresas y entidades trabajan con otros principios y
reglas de interacción entre las personas, el conocimiento, los equipos y los
clientes. Se ocupan de saber mas, de compartir soluciones y de fomentar la
cooperación para crear lo nuevo. Son estas las empresas reproductivas que tanto
necesitamos y que debemos identificar, fomentar y reconocer.

Un comentario

  1. En un país donde la economía la sustentan pequeñas y medianas empresas, como es el caso de España, la cooperación es esencial "para crear lo nuevo". Cooperando las empresas se hacen más grandes, y está demostrado que empresas grandes son más capaces de adaptarse a las situaciones e innovar y competir con vistas al futuro, y no solo mirando al resultado a corto plazo. Esta crisis quizás es la más profunda que se conoce en "las postguerras", pero ha habido también otras fuertes, como en los años 80, y hubo que reaccionar. En el País Vasco hay algunas iniciativas muy positivas de "colaboración para crear lo nuevo": Ikerlan, IK4, etc. Pero hacen falta muchas más. Una colaboración en forma de alianzas entre universidad y empresa, entre empresas, grandes y pequeñas. Además esta colaboración es mucho más formativa y gratificante para los trabajadores profesionales cualificados.
    http://e2i.blogspot.com.es/2012/02/innovar-no-es-nada-nuevo-siempre-hubo.html
    http://e2i.blogspot.com.es/2012/06/las-grandes-empresas-quimicas-como.html

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