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Islandia dice: NO. ¿Le será vedada la entrada a la UE?

Deustche Welle, el servicio de Radiodifusión internacional de Alemania, publica en su web el resultado del referéndum de ayer, 9 de abril, en Islandia, y señala: Los islandeses se niegan a pagar el dinero que el banco «Icesave» le debe al Reino Unido y a Holanda. La recuperación del país y su entrada en la Unión Europea depende de sus socios en el Viejo Continente.

Y es que la población de Islandia ha vuelto a rechazar en referéndum un acuerdo negociado por su Gobierno para amortizar la deuda acumulada por Icesave, un banco del consorcio Landsbanki, tras su quiebra en 2008. Un 58% de los votantes dijo «no» a la moción de su primera ministra Johánna Sigurdardóttir que, tras conocer los datos, opinó: éste es el peor resultado imaginable.
Como ya hemos escrito en un artículo anterior, los islandeses rechazaron el acuerdo -con un 93% de los votos- en un primer referéndum celebrado en marzo de 2010, debido fundamentalmente a los elevados intereses. En esta ocasión, los que se movilizaron para persuadir a sus compatriotas de votar en contra de la medida tienen otros argumentos: es posible que estemos encendiendo una llama que tendrá consecuencias positivas; para ser más preciso: lo que queremos conseguir es que quienes hagan negocios con miras a obtener grandes ganancias sean considerados responsables de los desastres cuando las cosas salgan mal y que la cuenta no termine siendo pagada por los contribuyentes», opinaba Victor Vigfusson, un activista del «no». Hasta el ministro de Economía, Arni Arnason, defendió parcialmente la posición de sus conciudadanos respondiendo que es razonable querer saber con precisión por qué deben pagar, y sobre qué bases legales deben hacerlo.
Mientras tanto, la primera ministra está haciendo todo lo que está en su mano para que Islandia forme parte de la UE lo antes posible. Para conseguirlo, sin embargo, Londres y La Haya deberán dar su visto bueno con lo que está por verse si la primera ministra logrará su objetivo. De momento, lo que sí está claro es que los 320.000 habitantes de Islandia quieren demostrar la ira que les causa esta situación financiera en la que se ven inmersos.

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