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La Participación de los habitantes: tres pistas para renovar la política de la ciudad

Desde los orígenes de la política de la ciudad, es reconocida por todos la necesidad de la participación de sus habitantes. A pesar de que los dispositivos participativos se han desarrollado y diversificado, en ellos se revela a menudo más información y consulta que una verdadera posibilidad de hacerse entender y de intervenir en la acción pública. Teniendo en cuenta su espíritu y las limitaciones que compromete, existen numerosos consejos que consideran hoy día la necesidad de mejorar la calidad del debate público y asociar de antemano los ciudadanos a las decisiones (Consejo de Estado, Consejo nacional de Ciudades, Consejo nacional de políticas de lucha contra la pobreza y la exclusión social).

Las esperas de renovación democrática parecen emerger en un contexto marcado por la crisis de la representación tradicional, el desarrollo de las redes sociales y la evolución de la repartición de competencias entre la Unión europea, el Estado y las colectividades locales. Por lo tanto, ¿cómo compartir el poder de experiencia y decisión con los ciudadanos? ¿Cómo articular mejor participación y representación? ¿Qué ambición para la política de la ciudad? Para aclarar la acción pública en su país, Francia, el Centro de Análisis Estratégico examina en su Nota de Análisis nº 278 de Septiembre 2012 las dinámicas extranjeras más prometedoras poniendo de relieve tres ejes: compartir el poder de decisión con los habitantes a través de los “presupuestos participativos de los barrios”; garantizar la calidad del debate público; y permitir a los ciudadanos desarrollar su poder de actuar.

 
 
1.- Plantear “presupuestos
participativos de barrios”
poniendo a los habitantes en situación de codecisión
en la política de la ciudad:
·    Instituir una “pirámide participativa”
constituida por varios escalones (fórums de barrios a escala microlocal; grupos
de pilotaje técnico a nivel municipal y por sectores; grupos de pilotaje político
a nivel municipal y de los suburbios.
·    Dotar los presupuestos participativos de
recursos significativos.
·    Aclarar el vínculo con la decisión precisando
las orientaciones estratégicas, las diferentes etapas, sus plazos, y el
presupuesto dedicado.
·    Proceder a una evaluación anual asociando a los
ciudadanos, en vista a una mejora regular del dispositivo

2.- Garantizar la calidad del
debate público:

·     Diversificar los públicos de la participación
(sorteo, utilización de formatos diferentes).
·    En los tres meses siguientes a la finalización
del debate público, restituir públicamente los datos obtenidos a las propuestas.
·    Desarrollar métodos de coformación aplicados al
campo de la política de la ciudad.

 3.- Permitir a los ciudadanos
desarrollar su poder de actuar:

     ·    Poner el acento sobre la intervención social de
interés colectivo (inspirada en la «community organizing”) en la formación
inicial y continua de los trabajadores sociales. 
     ·   Acompañar a los profesionales de la política de
la ciudad susceptibles de hacer emerger las reivindicaciones, proposiciones y
acciones colectivas de los ciudadanos.
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