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Valores cívicos (Civic values)

(Click on the title to read the original article in English)
Por Ismail Serageldin, Director de la Biblioteca de Alejandría (*)

(Agradecemos al WEF la autorización de traducir y publicar en castellano el capítulo original en inglés Civic Values, publicado en el Informe del Foro Económico Mundial “El Islam y el Occidente: Informe Anual del Estado del Diálogo. Enero 2008”“Islam and the West: Annual WEF Report on the State of Dialogue. January 2008.”)

(Biblioteca de Alejandría)
El mundo musulmán, que se extiende desde Marruecos a Indonesia, está compuesto por una joven y creciente población de 1,4 mil millones de personas. En muchas partes de este vasto mundo la gente se siente desafiada y víctima de los poderes hegemónicos occidentales y por la inaptitud de muchos de sus gobiernos.

Algunos llevarían este mundo hacía una visión circunscrita por los prejuicios y regulada como una teocracia. Otros quisieran promover los valores del pluralismo, la libertad de expresión, la racionalidad y el respeto a la ley. Esta batalla por los corazones y las mentes de toda una generación determinará el futuro del mundo musulmán y afectará a los muchos millones de ciudadanos occidentales que son musulmanes.


Cuando se desarrolla esta lucha, requerimos la adhesión a un conjunto básico de valores cívicos. De ellos, dos principios son fundamentales. En primer lugar, la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, de los hombres y las mujeres, musulmanes y no musulmanes. En segundo lugar, que las leyes se redacten por los representantes elegidos por el pueblo, no por algún estudioso revisando algún texto, en alguna parte. Estas son las piedras angulares de cualquier sistema democrático.

Nosotros, que creemos en la democracia y en la libertad vamos a ganar. Los islamistas fanáticos se enfrentan a la irrevocable marcha de la historia. Al igual que el Rey Canuto se enfrentaba a la marea, no pueden detener las mareas del cambio y del progreso. Los últimos 400 años han sido una marcha global hacia la liberación de la mente humana de las cadenas del dogma. También ha sido una marcha hacia la liberación de la condición humana de la opresión y el despotismo, a donde el gobierno democrático no es una excepción, sino la norma. Retrocesos son momentáneos, meras irregularidades en la marcha barrendera de la historia.

Estas poderosas fuerzas sociales de la democracia y de los derechos humanos son como las corrientes oceánicas profundas, que rigen el clima y dan forma a nuestro destino. Mucha gente se centra en los acontecimientos, captan los titulares de la prensa y generan un intenso debate, pero son como las tormentas de superficie que pueden hundir los buques y pueden ahogar las personas. Son, sin duda, importantes, pero les falta la resistencia, el efecto duradero en el que el verdadero cambio social se basa.

Los valores básicos de la libertad personal, la racionalidad, el pluralismo y la participación cívica asegurarán que el progreso duradero esté arraigado en las sociedades del mundo musulmán. En la Biblioteca de Alejandría, nos dedicamos a apoyar a estos valores. Fuertes con nuestra tradición ilustrada, armados con lo mejor de la ciencia y la tecnología modernas, nos oponemos a las fuerzas del oscurantismo, del fanatismo y de la xenofobia. Estas fuerzas pseudo-religiosas intolerantes son incompatibles con la libertad de expresión que tanto la democracia como la investigación científica requieren.


Estos valores que nosotros soportamos, que representan la visión ilustrada de los modernos dirigentes musulmanes en todo el mundo musulmán, son los valores que pueden aportar a los jóvenes un sentido de un objetivo superior que meras ganancias materiales. Ellos sustentan la dignidad del individuo y el respeto mutuo, tan necesario para el discurso civilizado. Estos valores permiten a nuestros niños crecer en la creencia de que los ideales de la verdad, la bondad, la libertad, la igualdad y la justicia son más que palabras vacías. Son estos valores que promueven una cultura de humanismo y una cultura de paz. Tengo plena confianza en que el mundo musulmán estará en el lado correcto de la historia – desde un pasado glorioso hasta un brillante futuro.

(*)En su larga carrera, Ismail Serageldin ha sido senador egipcio y ha liderado organizaciones internacionales. Habla y escribe sobre un amplio abanico de temas, incluyendo el valor de la ciencia para la sociedad. Nació en Guiza en 1944. Es trilingüe: árabe, francés e inglés.

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