Las empresas vascas exigen profesionales cualificados

Entre los perfiles con más demanda se encuentran los egresados de ciclos formativos de FP, grados medios y superiores, así como las carreras universitarias de ingenierías

 

Uno de los motores de la economía vasca es, sin duda, la industria. Y es precisamente esta rama en la que las empresas de Euskadi han tenido dificultades a la hora de contratar personal para cubrir puestos de trabajo en los últimos años. La Confederación Empresarial Vasca (Confebask) calcula que el 71% de las corporaciones tienen estos problemas, y en su mayoría por diversas características, como la falta de especialización, formación y actitudes personales.

Carlos Pereda, del departamento de Formación de Confebask, prevé para este año un aumento de la creación de empleo. «El porcentaje subirá ligeramente en función del incremento de actividad prevista. Estimamos que esté en torno al 2,5%. Los sectores en los que prevemos más crecimiento del empleo serán el de servicios y el industrial», asegura. Asimismo, la patronal calcula que al menos más de la mitad de las compañías aumenten su plantilla en 2019 y que los perfiles industriales serán cada vez más solicitados.

De acuerdo con Pereda, este escenario se ha repetido en lo últimos tres años, en los que el «sector industrial ha conseguido contratos y servicios que lo han hecho crecer». Esta sería una de las razones, pero no la única. Pereda explica otro de los motivos, como «el aumento de jubilaciones en un sector con trabajadores con una media de edad alta». «Por otro lado, los jóvenes, por el efecto demográfico, no son capaces de producir el relevo, ni por número ni por tipo de preparación. Y es que, para muchos jóvenes las profesiones industriales son desconocidas o poco atractivas», resume el responsable del departamento. Aunque este último no es un fenómeno nuevo, «sucede en toda Europa y se trata del poco atractivo de las especialidades ‘STEM’ (Ciencias, Tecnología, Ingenierías y Matemáticas)».

Esta panorama lo confirma la vicerrectora de Estudiantes y Empleabilidad de la Universidad del País Vasco, Txelo Ruiz. «Sabemos que la demanda de determinadas titulaciones es mayor a lo que podemos generar», reconoce. Las especialidades de las ramas ‘STEM’ son «las carreras de mayor aceptación laboral», admite. «Según los últimos datos que tenemos de la encuesta que realizó Lanbide en el cuarto trimestre de 2017, la tasa de ocupación de los egresados se situó en 88,4%», detalla la vicerrectora. De esta cifra, el 79% de egresados se encuentra trabajando en el sector servicios y solo el 19% en la industria.

El reclamo de las empresas

El año pasado, Confebask publicó el informe ‘Necesidades de empleo y cualificaciones de las empresas vascas para 2018’. En el estudio, que se realizó a alrededor de 1.000 empresas que tienen una amplia representación sectorial y que ocupan a más de 70.000 personas, se exponen claramente las demandas de las empresas vascas: perfiles cualificados.

Y es que el 90% de los empleos ofrecidos serán para perfiles profesionales cualificados. Entre ellos, los operarios y el personal técnico de producción suponen casi el 60% de las personas que se prevé contratar. Dejando de lado a los empleos ofrecidos a operarios sin cualificación, que apenas representan uno de cada diez puestos de trabajo.

Así, entre los perfiles más demandados figuran los egresados de los ciclos formativos de FP, tanto de grados Medios como Superiores, lo que equivale a casi 15.000 puestos. Destacan cuatro ramas profesionales: Fabricación mecánica, Electricidad y electrónica, Instalaciones y mantenimiento, e Informática y telecomunicaciones.

Por su parte, los perfiles formativos universitarios supondrán el 28% del total. Y al menos dos tercios deben pertenecer a la rama ‘STEM’, lo que supone casi 6.000. Sobresalen las ingenierías, por lo que 6 de cada 10 universitarios que se prevé contratar deben tener los grados de Ingeniería industrial e Informática, según el informe.

En algunos casos esta demanda de egresados de ciclos formativos ha obligado a los jóvenes universitarios a reformular o reconducir sus estudios, al encontrarse con que «los índices de inserción de algunos ciclos son del 90%» y deciden matricularse en estas especialidades. Pereda afirma que estos casos suceden por «una falta de orientación, sin subestimar la fuerza del efecto del boca a boca. Si ves que amigos han hecho una FP industrial, tienen un contrato indefinido y un sueldo interesante, te replanteas tu carrera».


La actitud personal, formación y experiencia

Otra de las condiciones que sintetiza el informe es la edad. La mitad de los empleos se ofrecerá a personas menores de 35 años, aunque este factor solo es determinante para el 10% de las empresas. «Es cierto que las empresas prefieren ofrecer empleo a jóvenes, pero al no encontrar candidatos con la formación y experiencia adecuada, acaban contratando a trabajadores de otros grupos de edad», argumenta Pereda.

Entretanto, el experto de Confebask agrega que hay tres elementos que están pesando en la valoración de los candidatos: la actitud personal, la formación o especialización del candidato y la experiencia laboral previa en el puesto de trabajo. Durante la investigación, al equipo de Pereda le llamó mucho la atención que tres de cada cuatro empresas reconocieran que estas características son un factor relevante para la contratación.

«Las empresas buscan personas responsables y con capacidad de trabajo, con actitud proactiva y polivalencia. Alguien que se maneje autónomamente y que tenga ganas de aprender», aclara. En definitiva, personas capaces de resolver problemas y de enfrentarse a los retos que surgen en una empresa en el día a día.

En este aspecto, Txelo Ruiz revela que en la UPV/EHU «se encuentran inmersos en un plan de empleabilidad» para los alumnos. Esta estrategia está basada en dos pilares: la realización de prácticas externas, de manera que los estudiantes tienen la posibilidad de trabajar en empresas, y la adquisición de competencias transversales, para que tengan una buena inserción en el mercado laboral. De esta forma se complementan los estudios con destrezas, habilidades y conocimientos.

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