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Mercados y Empleos Verdes 2020

El pasado viernes 6 de mayo IHOBE presentó el informe “MERCADOS Y EMPLEOS VERDES 2020, El papel de la Industria Vasca hacia una economía sostenible”. El Acto en el que también participaron la Asociación Cluster de Industrias de Medio Ambiente de Euskadi (ACLIMA) y la Consejera de Medio Ambiente, Planificación Territorial, Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco, Pilar Unzalu, versó sobre las posibilidades de los mercados verdes en el territorio de la CAPV a la hora de generar nuevos nichos de empleo, según lo observado en las tendencias de otros mercados.

La visión de la consejera es que los mercados de bajo carbono es un mundo de oportunidades para Euskadi. Entre las fortalezas de la CAPV se encuentra un entramado industrial de gran prestigio a nivel internacional, pero también el energético y de renovables y los nuevos retos tecnológicos abiertos a todas las empresas vascas: Eficiencia energética, diversificación industrial, construcción y movilidad sostenible…
Euskadi goza buen punto de partida con 28 grupos de investigación en el área que incluyen 352 personas con formación de nivel y proyectos de los cuales el 12% gozan de financiación europea.
Otro buen punto de partida es que en nuestra comunidad se concreta el 60% de las empresas de España con certificación de ecodiseño. Por lo que las previsiones cifran en 12.000 los nuevos empleos circunscritos a los siguientes sectores (entre otros) en 2020:
– Ecodiseño
– Energías renovables, sostenibles y eficientes.
– Gestión y tratamiento de residuos.
– Tratamiento y depuración de áreas residuales.
– Edificación sostenible.
Fernando Barrenechea, director general de Ihobe, presentó el documento que han elaborado afirmando que la economía verde es la tercera revolución industrial.
El modelo de consumo de recursos fósiles ya está agotado y este nuevo modelo industrial ya se está implantando en ciertos países, Brasil y China incluidos. El mercado verde global se va a multiplicar por 3 en la próxima década, vamos a alcanzar los 3 billones de euros el mercado de transacciones. Según el FMI cada dólar invertido en tecnologías verdes y sectores va a generar inversiones adicionales de 1 dólar en los dos años siguientes.
Este reto también lo asume el Gobierno Vasco como propio, reflejándose en el programa de ecoeficiencia en la empresa vasca y en el plan de competitividad.
En las conclusiones recogidas en el informe se afirma que el posicionamiento de Euskadi hacia la oportunidad que supone hacer “verde” y “crecimiento” compatibles, requiere tres requisitos clave:
1. Es precisa una voluntad política y capacidad de dirección inquebrantables para hacer la transición a un nuevo paradigma de la economía.
2. La sociedad en general tiene que adoptar e impulsar el nuevo paradigma en clave de corresponsabilidad, y descartar viejas costumbres de pensamiento y actuación. Una nueva disposición cívica y un compromiso institucional con la innovación y el conocimiento.
3. Los dos primeros requisitos deben ir acompañados de una revolución tecnológica que los apoye. Las novedades en tecnología son las que permitirán acceder al crecimiento verde y permitirán al público transformar verdaderamente sus modos de vida.
Juan Luis Moragues, presidente de la asociación de industrias de medioambiente, ACLIMA, compartió la visión de los otros dos ponentes afirmando además que el reto es mayor si tenemos en cuenta que en la crisis actual se ha invertido poco en la renovación de la economía real.
Una versión más negativa sobre estas cifras de creación de empleo la ofreció el público del evento quien preguntó a los ponentes si los empleos que se estima crear en el área eran directos o indirectos, así mismo demandaban saber qué definición se utiliza para definir el empleo verde.
Como veréis queridos/as lectores/as el debate está abierto…

Un comentario

  1. La frase “El modelo de consumo de recursos fósiles ya está agotado y este nuevo modelo industrial ya se está implantando en ciertos países, Brasil y China incluidos” parece un poco apresurada. Muy aprisa no parece progresar el agotamiento de los recursos fósiles. Según prevé la Agencia internacional de la Energía la demanda mundial de energía primaria crecerá un 36% entre 2008 y 2035, o sea un 1,2% anual. Los países fuera de la OCDE serán responsables del 93% de esta demanda. China participaría en un 36% de este crecimiento y su demanda crecerá con un 75% desde 2008 a 2035. La demanda global de cada fuente de combustibles aumentará. Los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural) participan en un 50% de este aumento de demanda. El petróleo seguirá siendo el combustible dominante entre las energías primarias hasta 2035, aunque su participación disminuya a favor de otras fuentes debido a los mayores precios del petróleo y los esfuerzos de mejorar la eficiencia de los combustibles. La demanda de carbón aumentará previsiblemente hasta 2020 y después disminuirá. La participación de la energía nuclear aumentaría desde el 6% en 2008 hasta el 8% en 2035 (Aquí se habla de cerrar centrales atómicas y no construir nuevas. ¿Qué energía las va a sustituir? ¿A qué precio?) Es evidente que las energías renovables van a aumentar. Se triplicarán entre 2008 y 2035 y su participación aumentará del 7% al 14%. Su demanda aumentará en un 44% entre 2008 y 2035. Sin embargo, el gas natural (que también es un combustible fósil) jugará un papel central en la demanda mundial de la energía durante por lo menos dos décadas y medio. Su demanda aumentará con un 44% a un promedio de 1,4% anual. Más que los otros combustibles fósiles.
    El problema de las energías renovables es que son más intensivas en capital y requiere inversiones importantes. Y en muchos casos son solo viables económicamente gracias a las subvenciones. Es también una de las preocupaciones expresadas por el Consejo Europeo en su reunión de hoy 17 de mayo sobre los aspectos económicos de la energía y de los asuntos del cambio climático. El Consejo insiste en la importancia elegir caminos efectivos en costos en la “Hoja de Ruta hacia una economía baja en carbono para 2050” y la importancia de la transición hacia una economía baja en carbono para impulsar el crecimiento sostenible y la innovación tecnológica, incrementar la seguridad del suministro de la energía con seguridad y efectivo en costos y hacer que Europa sea una economía más competitiva. El Consejo subraya que existen restricciones serias de presupuesto en la mayoría de los estados miembros, por lo que las vías efectivas en costes son importantísimas, ya que se requieren inversiones importantes y existen diferencias notables entre los estados miembros en capacidad de inversión. El Consejo considera necesario realizar análisis para poder superar una reducción de las emisiones de gases con efecto invernadero por encima del 20% para 2020 y que todas las proyecciones tienen un alto grado de incertidumbre siendo necesarios más estudios del beneficio-coste para definir los hitos principales de un camino efectivo en costes para 2050. La Comisión recuerda que el mercado tiene que jugar un papel importante para financiar la infraestructura de la energía con costes recuperados por las tarifas. Recuerda la necesidad de cumplir con el aumento de 20% de la eficiencia energética para 2020, que no se está cumpliendo.
    En resumen, para que el modelo de los combustibles fósiles se agote, debemos conseguir mayores cotas de ahorro y eficiencia energética. O sea, más austeridad energética. Luchar contra el despilfarro energético. No se puede justificar el uso energías alternativas caras subvencionadas por los gobiernos para luego derrochar energía. La mejor fuente de ahorro energética o de eficiencia energética es la energía que se deja de utilizar.

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